miércoles, 15 de abril de 2009

Luto

Hoy en la madrugada me despertaron con la noticia del fallecimiento de un primo mío, el timbre del teléfono a madrugada siempre sobresalta y nos previene de funestas noticias.

Ramiro era de mis primos mayores y uno de los más queridos de la familia, pero de los más conflictivos. Yo el recuerdo que más tengo de él es cuando yo era una niña como de 8 años, mis tíos y dos de mis primos se mudaron de la ciudad de México tras años de problemas de tráfico y asaltos al rancho donde tenían decididamente una vida más pacífica y Ramiro rápido se acopló a esa vida, un muchacho de unos veintitantos, joven, guapo, agradable, siempre sonriente montado a caballo recorriendo todo el lugar o con una guitarra en la mano y yo lo idealizaba como el hombre ideal.

Era un excelente narrador de historias, mitad verdad mitad mentira que nos cautivaban esas noches alrededor de la fogata cuando pasabamos las vacaciones en el rancho cada año, aun yo termino convenciéndome de que era verdad que en el río se aparecía una dama de blanco que terminaba causándote la locura si la mirabas a los ojos, o puedo escuchar a través del viento la voz de esa bruja que se transformaba en murciélago y perdía a los caminantes que les agarraba la noche en el camino o puedo ver cómo se reflejan en el fondo del río las manos de la joven que un día nadando se ahogo entre las raices mientras intentan hundir a quienes se ponen a nadar cerca de donde encontró la muerte.

Tenía corazón de condominio, pero nunca fue comprometido amaba a muchas mujeres y a ninguna aunque todos sospechamos que conoció al gran amor de su vida y la dejó ir pero nunca decía nada, a últimas fechas tenía relación con una mujer divorciada y con hijos ya mayores pero nunca se casó ni tuvo intenciones de hacerlo o de tener hijos.

Su gran problema siempre fue la bebida, a pesar de parecer una persona tan feliz sabe dios qué demonios internos cargaba, tomaba hasta caerse de borracho, terminó varias veces en el hospital y en no se cuantos centros de rehabilitación, por temporadas parecía que habia dejado el alcohol pero solo para retomar con más fuerza.

En sí la familia lo veía venir pues últimamente terminaba derrotado por esas noches de excesos, perdido en su propio infierno sin nada ni nadie que pudieran sacarlo de eso, al final tenían que amarrarlo porque se ponía tan violento que ponía en peligro a todos a su alrededor.

Mi corazón ahora está lleno de tristeza y nostalgia, mi memoria me lleva a verlo recorriendo el rancho a caballo, sonriendo y contándome historias fantásticas que si las escucho atentamente terminan cobrando vida.