viernes, 21 de noviembre de 2008

¿Que has estado haciendo?

¿Y que haces ahorita?- Me preguntó.

Bueno, podría contarte que lo mismo de siempre pero sería poco precisa, porque las cosas hoy son algo distintas.

Yo mientras les acercaba a mis sobrinitos los cachorritos de dos semanas de nacidos en los brazos, los pequeñines que apenas intentaban abrir los ojos pataleaban inquietos mientras los dos niños intentaban arrullarlos.

¿Cómo, de donde, a que horas pasó? Bueno, supongo que fue solo un paso a la vez, porque en realidad sigo en la misma ciudad y sí, con la misma gente, el mismo trabajo, las mismas botas desgastadas y teniendo los mismos hábitos pero en realidad las cosas comienzan a tener matices distintos.

Había que entender que despues de esas tormentas vino la calma, inquietante con el silencio taladrando mis oidos y me puso a pensar seriamente quién era y que es lo que yo quería, hice un rápido examen de conciencia en los que reprobé en metas cumplidas y me propuse escuchar más lo que necesitaba y lo que realmente quería.

Sí, quiza volverme un poquito más egoista.

Hoy a mi vida ha entrado gente nueva, actividades nuevas y proyectos nuevos, ganas de terminar de hacer esas cosas que estaba dejando rezagadas, hacer cosas para mí y enfrentar situaciones que solo estaba evadiendo.

Y no dejo de lado mis obligaciones, esas las he comenzado a realizar con cara amable, no he dejado a la gente a un lado sino que espero que compartan mis proyectos conmigo, que realicen los que ellos quieran y sobre todo ir descubriendo que es lo que realmente queremos.

Mis sobrinos se aburrieron de los chillidos de los cachorros y mis hermanas, mi cuñado y dos amigos los llevamos a la casa, nos quedamos afuera un rato charlando y fumando mientras el frío nos fue venciendo, a las once ya estaba en la cama leyendo como siempre un poco antes de dormir.

viernes, 14 de noviembre de 2008

El diario

Yo solía llevar un diario más tambien como aquí no escribia a diario, asi que más bien era como el cuaderno de las reseñas, porque en unas hojas intentaba escribir lo que había vivido en dias, semanas, meses, incluso años.

Pero no se puede escribir con presición lo vivido, todavía conservo esos cuadernos y la verdad no sé con que fin porque no se los muestro a nadie y prefiero no volver a leer lo escrito, es curioso como algunas cosas me hacen revivir momentos que creía olvidados, otras simplemente me dan miedo.

Aquí podría intentar hacer lo mismo pero luego me digo ¿Y a quien finalmente le interesa lo que me pueda estar pasando?

Pero es que creo que escribo más para mi que para los demás, por mi fragil memoria selectiva, porque de gran ayuda no creo ser, me tropiezo tanto y me vuelvo a levantar con tanta frecuencia que disto de ser un gran ejemplo.

Acaso entretenga a alguien pero no creo ser tan divertida o interesante, pero el fin de escribir en un blog quizá es expresarse como no solemos hacerlo en nuestra vida cotidiana con todos los demás.

Y no, aca en mi vida cotidiana no suelo hablar tanto de mí misma mas que con contadas personas y aún asi no les he contado todo, mis miedos quedan para mí y lo demás lo voy repartiendo como puedo.

En el momento de escribir mis miedos, fustraciones y demás monerias en el diario famoso que tenía dejé de hacerlo, se quedó ahí con las hojas en blanco y mis recuerdos revueltos, quizá esperando que un día retome a escribir sin llenar esas lagunas que se quedaron de años.