Hoy fue cumpleaños del más pequeño de mis sobrinos, desde que entré a la casa me recibió corriendo agitando sus manitas y gritando que era su fiesta de cumpleaños solicitando abrazos.
Los regalos fueron emocionantes pero no lo más importante y es que le daba más alegria verse rodeado de tanta gente que lo queria de verdad.
Me quedé pensando que conforme vamos creciendo nos vamos olvidando de las cosas que de verdad importan.
Sobre todo que los años no deberían de pesarnos tanto cada que celebramos nuestro día si hemos vivido lo que hemos querido y sabiendo que tenemos la oportunidad de seguirlo haciendo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Así es. Tenemos que alegrarnos cada día cuando al levantarnos miramos por la ventana.
Hay que aprovechar todos los momentos.
Besos.
Todos los momentos los buenos y los malos, no es asi?
Te mando otro beso de regreso.
:)
Publicar un comentario