lunes, 11 de febrero de 2008

Silencio

Cuando llego a casa y no hay nadie siempre enciendo el radio, aunque no lo escuche realmente, también lo hago cuando llego por las mañanas a la oficina y la música me acompaña hasta que termino mi jornada.

Porque el silencio a veces se escucha bonito pero la mayor parte del tiempo me dá miedo, porque se llena de recuerdos y voces lejanas, algunas veces el silencio se desprende de sus labios y me hacen daño porque no quiero de sus labios más que palabras y besos y también sonrisas.

A veces parece que el olvido comienza a nacer de ese mismo silencio y me voy decolorando y diluyendo sobre todo cuando las horas se esfuerzan en recordarme de sus labios sellados y sus ojos cerrados, pero es peor cuando sus ojos están abiertos y no me miran.

Así que intento sabotear al silencio con ruido, con música, a veces tambien cuando no hay nadie mejor hablo sola, el chiste es traicionar esta ausencia y no dejar que me muerda con sus colmillos invisibles.

Por eso también salgo a caminar y tropezarme con los sonidos de la calle, si se descuidan también los pateo para que reboten en las paredes y dejar que el eco me acompañe hasta que se me cansen los pies.

Pero también salgo a pasear para ver si la vida hace que sus labios de nuevo se crucen en mi camino y los haga salir de su mutismo aunque sea para decirme que me haga a un lado, más él también habla con las manos y forma palabras en el aire, no sé como pero hacen que el viento suene a su voz y entonces el silencio ya no me parece tan malo.

1 comentario:

istharb dijo...

Todo pasa, hasta el silencio

Un beso