La guardiana de las pesadillas

Cuando era niña nunca fuí miedosa, al contrario, era la típica yo-voy-adelante-a-mi-no-me-pasa-nada y eso era excelente para mis hermanas menores.

Porque no solamente era quien me deshacía de los ratones que escabullían dentro de la casa, la que mataba a los bichos que las hacían pegar de gritos, también era la guardiana de sus noches de pesadillas.

Un primo mío bastante singular creía en las fuerzas oscuras y demás se le ocurrió jugar ouija con velas negras y sal en uno de los cuartos, yo soy una persona muy espiritual pero nunca he sido religiosa o fanática de lo paranormal así que lo tomé como broma pero despues de ese día el segundo piso de nuestra casa nunca volvio a ser igual.

Luces que se encendían y apagaban, sonidos que nos tomaban desprevenidos y dos niñas que se despertaban a media noche asustadas de sus pesadillas, tenía que distraer sus mentes de los seres diminutos que deambulaban por los muebles en la oscuridad y aquellos monstruos misteriosos que se ocultaban en el closet así que les inventaba historias, cuentos fantásticos que tenía que tejer mientras el sueño me cerraba los ojos.

Nunca temí durante aquellas noches pero podría jurar que alguna vez ví el rostro fantasmagórico asomado a través de la puerta del closet mientras les contaba un cuento.

Una noche subí a mi cuarto y ví al par de pequeñas abrazadas en la cama mirando la puerta con la cara de espanto, lívidas me contaron de un ser sin rostro parado en la puerta segundos antes que entrara yo, aun cuando les contaba lo poderosa que puede ser la imaginación nunca deje de pasar esos vientos helados que a veces me pasaban el rostro en ese cuarto aun con las ventanas cerradas.

Así que me senté con ellas y les dije que habia cosas que no podiamos explicar, que quiza no podriamos evitar pero quizá podriamos vencer, así que hice les inventé un conjuro "mágico" que evitaba esos seres misteriosos y aterradores, un ritual que tenian que hacer después de haber dicho sus oraciones y que siguieron practicando por años, cosa que no volvió a despertarlas ni interrumpir mi sueño por sus pesadillas.

No, no tengo idea de donde me salió ese método espanta miedos, ni se me ocurrió pensar que pudiera funcionar, lo que quería era que creyeran en su fuerza antes de otras fuerzas invisibles y me dejaran dormir.

Una de ellas me recordó este episodio hace poco, ahora está casada y duerme segura al lado de su esposo pero me dice que ese ritual lo siguió haciendo ya grande y de vez en cuando lo repite cuando su esposo no esta en la ciudad.

Ahora tiene una niñita que también habla de un mostruo que vive en su casita de muñecas dentro de su closet, quizá ella le invente un ritual para lograr espantarlo.